Reseña del libro “El mejor de los pecados” de Mario Benedetti

By Karla Castillo

Posted on 13 abril, 2022

“Por suerte vos te has salvado (hasta ahora al menos) de los caprichos de mi olvido.”

Enamorados vemos, corazones no sabemos. Vemos todos los días transitar por las calles a muchas personas, pero nunca prestamos atención a sus rostros por las prisas que nos invaden y las tareas diarias que hay que cumplir. Sin embargo, después de jornadas exhaustas, ya sea en la escuela o en el trabajo, solemos darnos un momento para descansar en el banco de un parque o en la mesa de un café y disfrutar del momento, estando solos o acompañados. Sea como sea, es en esos pequeños instantes que miramos a las personas y observamos sus rostros, con quiénes están acompañados y tratamos de adivinar qué piensan, qué dicen o qué sienten en ese preciso momento que los miramos.

¿Qué sentirán? ¿Será que con quien están son sus verdaderas parejas, o acaso ven a otras personas? ¿Por qué trata de ocultar esa lágrima? ¿Por qué tan sonriente? Las cuestiones del amor, al igual que un buen chisme, siempre atraen nuestra atención y nos hacen revolotear la imaginación cuando las circunstancias son ajenas, las cuales a veces nos hacen recordar nuestras propias experiencias: los besos, las caricias, los susurros, las lágrimas y los pedazos de nuestro corazón cuando el ser amado fue descuidado con él.

Situaciones que no sólo son contempladas en nuestra memoria, sino también en la literatura misma, sobre todo por Mario Benedetti. Este famoso autor uruguayo que probablemente conozcas o del cual has oído alguna vez, atento a las cuestiones del amor, le ha dedicado sus palabras escritas a indagar y proyectar personajes y escenarios en los cuales el corazón juega un papel importante y siempre se encuentra de por medio. Esto también lo observamos en la mayoría de sus poemas, siempre dedicados a tan hermoso sentimiento.  

Con obras notables como “La Tregua” (1960) y “Gracias por el fuego” (1965), Benedetti sumó a su colección “El mejor de los pecados”, una compilación de diez cuentos con personajes e historias únicas con un toque distinto en cada una de ellas: algunas envueltas en desamor y decepción, otras con un poco de ironía o comedia (algo que forma parte de la firma indiscutible de Benedetti), y otras cuantas de nostalgia y ese dulzor poético del cual quisiéramos alguna vez ser parte en nuestras vidas (quizás algún día, no desesperen).

Los personajes nos ilustran esas circunstancias que alguna vez hemos intentado plasmar en nuestra imaginación cuando nos son contadas y que olvidamos en un minuto, esos momentos donde los individuos se desenvuelven en atmósferas tan íntimas, guiados por el sentimiento o la emoción de la pasión, así como también de la traición o la indiferencia. Llegando no sólo a aferrarse a lo que comúnmente conocemos o creemos ya haber visto dentro del campo romántico en la literatura, sino también contemplando a aquellas que suelen ser escandalosas, pero intensas, las cuales no necesariamente tienen que ser transformadas en el ya conocido cliché, sino que son provenientes de lo que menos esperamos: de escenas cotidianas, de historias que hemos ignorado en un pasado, pero que este libro nos hace voltear de nueva cuenta a todo aquello.

¿Cuántas veces no escuchamos historias de amor y no románticas, contadas por nuestros abuelos de aquellos amores de la infancia o la juventud? ¿Qué hay sobre el escándalo de la vecina que, estando casada, su corazón latía en realidad por su amante? ¿Recuerdas ese encuentro en el café con el chico que halagaba tu sonrisa? Historias no tan complejas, sin embargo, nos abstraen y nos hacen sentir o recordar algo profundo dentro de nosotros, una emoción indescriptible pero encantadora y fascinante, o hasta desagradable pero vaga, y eso es lo que justamente Benedetti nos trae con este libro. Porque amar es el mejor de los pecados, es mejor errar y gozar, a lamentarse un mar por no haberlo vivido.

Algunos de mis relatos favoritos y con los cuales más impregnada me quedé son, sin duda, aquellos en los que personas ya ancianas se reencontraban con los amores de su juventud y recordaban a éstos (Amores de anteayer; La vieja inocencia); otros tantos que guardan un espacio más dentro de mi degustación son en los que Benedetti les agrega su particular sello cómico para hacernos ver que, incluso en la desgracia, puede haber lugar para la risa discreta, como el relato de la relación de un claustrofóbico y una agorafóbica, ¿te imaginas? Yo no, hasta que lo leí. No obstante, con el que mi corazón dio un sobresalto es con la historia que te da la bienvenida a la lectura: su desenlace me llevó a reflexionar sobre las personas con las que creemos tener una verdadera relación, y al mismo tiempo no.  

Ante un océano de novelas juveniles que generalmente vienen con la misma fórmula, “El mejor de los pecados” viene a recordarnos otra manera de vivir ese sentimiento que se ha dejado atrás, aquello que consideramos aburrido o antiguo, y del cual nuestras expectativas y la mediatización nos empañan obsesivamente.  

Es un libro disfrutable de principio a fin, sobre todo si se le dedica el tiempo en las tardes o en un fin de semana, o en cualquier momento del día o de la semana en el que uno se encuentre en completa paz, aunque sea con uno mismo, deseando sumergirse en las cálidas y controversiales historias escritas por este gran escritor. Prácticamente, es una obra con la que reafirma su toque particular y que se puede comenzar a leer Mario Benedetti sino se le ha otorgado la oportunidad, o continuar si se han leído sus obras principales o con los poemas más emblemáticos de él.