Ciencia

Mujeres en la ciencia: 8 científicas que hicieron historia

Ellas son algunas de las mentes más brillantes que revolucionaron la ciencia mientras desafiaban los prejuicios de la época.

A lo largo de los años han existido grandes científicos que han dejado una marca importante en la ciencia y en la evolución de la humanidad gracias a sus descubrimientos y sus mentes brillantes con constante curiosidad. Muchos de esos nombres que hoy conocemos han sido reconocidos y homenajeados al grado de ser identificados por cualquiera sin importar si eres conocedor de la ciencia o no, gracias a su difusión en la educación básica y los medios de comunicación. Hablamos de científicos como Isaac Newton, Albert Einstein, Charles Darwin, Galileo Galilei, entre muchos otros.

Sin embargo, han existido simultáneamente mujeres científicas cuyos aportes han significado grandes avances para la ciencia, los cuales muchas veces no obtuvieron el reconocimiento que merecían debido a las normas sociales que les dificultaba a las mujeres realizarse en la ciencia y, por ende, difundir sus ideas apropiadamente. Además de múltiples casos en donde sus colegas masculinos tomaron sus investigaciones y descubrimientos para presentarlos como suyos, manteniendo a las mentes femeninas en las sombras. Algo que hasta décadas después cambió gracias al alcance de la información y el cambio de mentalidad de la época. 

Estas son algunas de las extraordinarias mujeres que marcaron historia en la ciencia. 

Marie Curie (1867 – 1934) 

El nombre más famoso de la lista y la mujer que logró obtener mayor reconocimiento en el campo científico. Conocida como la madre de la física moderna, la polaca Marie Curie marcó historia siendo la primera mujer en obtener el premio Nobel de química en 1911 por sus descubrimientos de los elementos radio y polonio, así como por haber descubierto la radioterapia como posible tratamiento contra las enfermedades cancerígenas. 8 años antes obtuvo un Nobel de física junto a su esposo, el físico francés Pierre Curie en 1903 gracias a sus descubrimientos de los principios de la física atómica y la radioactividad. 

Tras la muere de su esposo, Curie decidió continuar con los estudios de la radioactividad, ocupando el antiguo puesto de su esposo como profesora de la universidad de Paris, que anteriormente se le era negado por ser mujer, logrando convertirse así en la primera mujer en conseguirlo. 

Debido a su constante exposición a la radiación y el desconocimiento de la época sobre los efectos de la radiación en el ser humano, Marie Curie murió de una anemia aplasica que ocasionó que su cuerpo fuera enterrado en una caja de plomo al estar contaminada con elementos radioactivos. Al igual que sus pertenencias y cuadernos en donde se encuentran documentadas sus investigaciones, los cuales fueron custodiados en cajas de plomo en la biblioteca nacional de Francia, a la que incluso hoy en día solo pueden acceder profesionales usando un traje especial. 

Sus descubrimientos, pasión y compromiso por la ciencia, la llevaron a sacrificar su propia vida e hicieron de Curie una científica excepciona, cuyo legado ha ayudado significativamente a los avances continuos de la ciencia y la medicina hasta el día de hoy gracias a sus sacrificios y su necesidad de saber. 

Citando sus palabras: “Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más para temer menos”

Hipatia de Alejandría (370 – 415) 

Considerada la primera mujer astrónoma de la historia, además de filósofa, matemática, escritora e inventora destacable del siglo IV, quien creció siendo discípula de su padre, el matemático y astrónomo Teón de Alejandría, siendo este un gran apoyo para Hipatia en una época en donde el conocimiento era reservado para los hombres. Hipatia logró estudiar y superar tanto a su padre como al resto de los filósofos de su época, convirtiéndose en una profesora reconocida y admirada por grandes científicos y filósofos como Sócrates, así como el discípulo de Hipatia, el filósofo Sinesio de Cirene y el pueblo de Alejandría en general. 

Sus clases eran impartidas a través de diálogos y enseñanzas sobre filosofía, matemáticas, astronomía, ética y religión. Algo que al mismo tiempo la transformó en una amenaza para los cristianos al no pertenecer a la iglesia y anteponer la ciencia por encima de los mitos y creencias del cristianismo, llegando a ser considerada hereje a pesar de demostrar tolerancia y respeto por todas las religiones. 

Algunos de sus aportes más destacables fueron la invención de un método más eficaz para realizar divisiones largas, se involucró en la creación del hidroscopio y construyó instrumentos astronómicos como el astrolabio y el planisferio. 

Lamentablemente en el año 415 fue brutalmente asesinada por un grupo de cristianos que la secuestraron llevándola a la iglesia Kaisarion en donde fue desnudada, apedreada y descuartizada, quemando posteriormente sus restos.

A pesar de su trágica e injusta muerte, Hipatia dejó huella como una mujer brillante de libre pensamiento, entusiasta y visionaria, que pese a ganarse el repudio a causa de la ignorancia, también se ganó la admiración y el cariño de muchos por su bondad, intelecto y firmeza. Citando sus palabras “Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de forma errónea es mejor que no pensar”. 

Emmy Noether (1882 – 1935) 

Alemana de ascendencia judía, Emmy fue una matemática y física conocida como la madre del álgebra abstracta, debido a sus importantes aportaciones a la física y las matemáticas. Siendo considerada por Albert Einstein y David Hilbert (colegas con quienes trabajó en la teoría de la relatividad) como la mujer más importante en la historia de las matemáticas. Noether desarrolló dos teoremas básicos para la teoría de Einstein, uno de los cuales lleva su nombre en su honor y cuyos análisis permitieron resolver el problema de la conservación de la energía en la teoría de la relatividad. 

Así mismo, trasladó las estructuras de la factorizaron de números enteros al estudio de curvas y superficies, haciendo posible la aritmetización de la geometría y la topología. Cambió el enfoque del álgebra al transformar su estructura y crear lo que se conocería como el álgebra moderna, por lo que hoy en día los métodos algebraicos han podido tener avances gracias a las ideas de Noether. Además de desarrollar la teoría de ideales en anillos conmutativos, logrando así un impacto importante que posteriormente se vería reflejado en trabajos de grandes matemáticos como Lev Pontriaguin, Andréi Kolmogórov y Van der Waerden, por mencionar algunos. 

A pesar de sus increíbles dotes y aportes significativos, Emmy jamás logró obtener un puesto como docente oficial en la universidad de Göttingen, siendo tan solo una tutora sin salario y ayudante del físico David Hilbert. Esta discriminación se debió al simple hecho de ser mujer y judía, algo que afirmaron en dicha institución. Ya que consideraban inconcebible que una mujer fuera profesora de la facultad de Alemania. Hasta que, en 1922, después de que su teorema fuera comprobado, se le permitió impartir clases como profesora, pero con ciertas limitaciones y aún sin recibir un salario. Convirtiéndose a pesar de todo, en la primera mujer en dar conferencias en el congreso internacional de matemáticos. 

Al fallecer en 1935, Albert Einstein publicó una carta en donde se refería a Noether como “El genio matemático creativo más importante que haya existido desde que empezó la educación superior para las mujeres”.

Rosalind Franklin (1920 – 1958) 

Química y cristalógrafa británica que dejó huella en la ciencia gracias a sus descubrimientos de la estructura del ADN y sus investigaciones que dieron lugar a la comprensión de las estructuras moleculares del ácido desoxirribonucleico, el ácido ribonucleico, los virus, el carbón y el grafito. Convirtiéndose en uno de los nombres más importantes de la medicina moderna. 

A diferencia de otras científicas, Franklin logró estudiar en la universidad de Cambridge y tener una formación académica completa con el apoyo de su familia, pese a los existentes prejuicios sobre las mujeres en el área académica. Su constancia destacable en los estudios le daría la oportunidad años más tarde de trabajar como titulada experta en cristalografía para la universidad Kings College, en donde comenzó a trabajar con rayos X para estudiar la molécula del ADN hasta que el 6 de Mayo de 1956 descubrió una de las mayores incógnitas de la ciencia al captar la icónica “fotografía 51”, que significó una evidencia fundamental para identificar la estructura del ADN en donde además documentó detalles precisos como el descubrimiento de su doble hélice en la estructura que consta de dos partes iguales entrelazadas que forman una escalera de caracol. 

Sin embargo, el crédito de este importante descubrimiento para la ciencia no le sería adjudicado a su autora, ya que un día Maurice Wilkins, compañero físico de Rosalind en la universidad de Kings, presentó sin la autorización de Franklin sus investigaciones como propias a James Watson y a su compañero de investigación Francis Crick, quienes estaban trabajando para desarrollar su hipótesis sobre la estructura del ADN y que finalmente lograron presentar gracias al trabajo de Rosalind. 

Desgraciadamente, Rosalind murió de cáncer en 1958 sin recibir el crédito que merecía por sus descubrimientos, los cuales le otorgaron a Watson, Crick y Wilkins el premio Nobel de medicina en 1962. Siendo considerado este suceso como uno de los robos e injusticias más grandes de la ciencia. 

Barbara McClintock (1902 – 1992)

La doctora estadounidense hizo historia gracias a sus aportaciones en la citogenética, específicamente por sus descubrimientos de los elementos genéticos móviles del maíz y su composición. Información de gran importancia para el estudio del funcionamiento de la genética y los procesos hereditarios, lo que la hizo merecedora del premio Nobel de medicina en 1983 por su trabajo sobre los genes saltarines. Convirtiéndola en la primera mujer en ganar un Nobel de medicina en solitario sin compartir el reconocimiento con otros científicos. 

Sus descubrimientos sobre la estructura y función celular revolucionaron el estudio de la ingeniería genética, siendo una de las científicas más importantes del área debido a sus estudios del genoma del maíz y su descubrimiento sobre cómo la información genética puede transportarse entre cromosomas, así como su investigación sobre la estructura de la célula, en la que se encuentran localizados los genes y el conocimiento sobre la resistencia que desarrollan las bacterias a los antibióticos. Siendo su trabajo una revelación trascendental para entender enfermedades y otros fenómenos en la evolución y desarrollo de los organismos vivos. 

A pesar de las dudas de sus padres sobre su dedicación a la ciencia siendo mujer, la motivación y gran interés de Bárbara por la ciencia la hicieron matricularse en la escuela de agricultura a los 21 años y posteriormente en 1941 se incorpora a la Universidad de Missouri, en donde obtuvo un puesto como investigadora a tiempo completo en el Laboratorio Cold Spring Harbor, lugar en donde dedicaría el resto de su vida a sus investigaciones y descubrimientos, a partir de entonces dejando un legado importante en la ciencia y en el estudio de la evolución. 

Ada Lovelace (1815 – 1852) 

Considerada la primera mujer programadora de la historia. Esta matemática británica, hija del poeta británico Lord Byron y de la matemática Anna Isabella Noel Byron, dejó una importante huella en el campo de la informática, al ser pionera del sistema de programación, creando el primer algoritmo procesado por una máquina. 

Criada por su madre después de abandonar a su esposo por una infidelidad cuando Ada era una bebé, recibió una excelente educación en idiomas, música y matemáticas, impulsada por su madre con la intención de alimentar su lado lógico/racional para evitar que desarrollara el lado impulsivo e impredecible de su padre. 

Al crecer en una familia aristócrata, tuvo la oportunidad de relacionarse con importantes científicos, filósofos y escritores de la época, desarrollando su interés en la programación a la edad de 18 años luego de conocer al matemático Charles Babbage, quien diseñó una máquina analítica para ejecutar programas, considerada como los inicios de la computadora. Idea que fascinó y obsesionó a Ada, motivándola a estudiar y desarrollar sus ideas en el campo de la informática a partir de entonces. 

Fue así que, en 1842, al traducir un artículo de Louis Menabrea sobre la máquina analítica, aprovechó para plasmar sus propias ideas del algoritmo informático, cuyos escritos fueron la base que le otorgó el título de la primera programadora al describir cómo podían crearse códigos para ejecutar varias tareas al mismo tiempo a través del uso de números, letras y símbolos simultáneamente. Además de cálculos para operaciones matemáticas con el uso de la máquina, dando a conocer sus predicciones sobre el futuro de esta máquina que superaba lo imaginable en aquel entonces. 

Lamentablemente, las revolucionarias ideas de Babbage, con quien Ada había estado colaborando para el desarrollo de su máquina, no lograron ser financiadas debido al escepticismo y miedo del gobierno a que se usara para fines bélicos. Por lo que Ada dejó de dedicarse a la ciencia y cayó en una crisis hasta su muerte por cáncer a los 36 años, pidiendo ser enterrada junto su padre, quien murió a la misma edad y era admirado por Ada pese a no haberlo conocido. 

Aunque no lograron entender y valorar las adelantadas ideas de Ada y Babbage, Lovelace fue sin duda una de las mentes más brillantes y visionarias de la época que, de haber tenido otro desenlace, habría sido reconocida como la pionera de la programación y una de las precursoras de la computación. 

Hedy Lamarr (1914 – 2000) 

Además de ser considerada una de las actrices más bellas del cine en Hollywood y ser la primera actriz en mostrar un desnudo en pantalla y simular un orgasmo en la película Éxtasis de Gustav Machatý. Esta inventora y actriz austriaca fue precursora de una de las tecnologías más utilizadas y revolucionarias de la historia. 

A los 16 años Hedy, anteriormente llamada Hedwig Eva Maria, quien desde niña destacaba por sus dotes intelectuales, empezó a estudiar ingeniería, pero su pasión por el cine fue más fuerte y antes de cumplir los 20 se mudó a Berlín y se inscribió en una escuela de actuación. Fue hasta que contrajo matrimonio con el fabricante de armamento Friedrich Mandl que decidió continuar con sus estudios de ingeniería a pesar de lo infeliz que era en su matrimonio, hasta que finalmente logró escapar a Londres para continuar con su carrera de actriz cambiando su nombre a Hedy Lamarr y reiniciando su vida. 

No sin antes aprovechar las cenas lujosas en las que acompañaba a su marido en donde asistían ingenieros alemanes para obtener información sobre armamento y tecnología nazi, información que recabó para servir al gobierno voluntariamente con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. Fue así que, una vez ubicada en el departamento de tecnología militar, comenzó a analizar el área de comunicaciones, descubriendo defectos en su sistema, al detectar la facilidad para interceptar las señales por radio.

Lo que la inspiró a crear un nuevo sistema de comunicación en 1942, junto a su amigo y compositor George Anthei, que funcionaba con 88 frecuencias (inspirado en el sistema musical que contaba con el mismo número de teclas de un piano) creando una técnica de modulación de señales en espectro expandido, lo que después se conocería como salto en frecuencia. Aunque estaba pensado para que las defensas nazis no pudiesen interceptar los torpedos teledirigidos de los aliados, este sistema se utilizó como control remoto para manejar boyas marinas, lo que después se convertirían en las bases sobre las que funcionan todos los sistemas inalámbricos de transmisión de datos, como el GPS, WiFi y el Bluetooth.

Sin embargo, su invento no fue tomado en serio al ser subestimada por su profesión de actriz y su atractivo físico. Fue hasta 1962 cuando se utilizó para interceptar las comunicaciones y el control de los torpedos durante la crisis de los misiles cubanos. A pesar de eso, su invento siguió siendo utilizado durante años sin reconocer el trabajo de Hedy y George Antheil, hasta que finalmente fueron honrados en 1997 (tres años antes de la muerte de Hedy) con el galardón Pioneer Award por su contribución a la tecnología y el premio BULBIE Gnass Spirit of Achievement de la Convención de Invención, conocido como los Oscars de los inventores, siendo Hedy la primera mujer en recibirlo. 

En su honor, se celebra el día del inventor en Austria el 9 de noviembre (su cumpleaños). 

Lise Meitner (1878 – 1968) 

Considerada por Albert Einstein como la Marie Curie austriaca y madre de la bomba atómica, pese al rechazo de Lise ante este desagradable título. Esta científica austriaca pionera de la fusión nuclear cambió la historia de la física para siempre. 

Siendo una de las únicas 4 mujeres en aprobar el examen a la Universidad de Viena y convirtiéndose en la segunda mujer en obtener el título de doctora en física en la universidad en 1906 durante una época en la que la ciencia y la educación aún eran reservadas para hombres. Lise logró esquivar durante un largo tiempo la discriminación de género en el campo educativo al convertirse en 1922 en la primera profesora de física en la universidad de Berlín. 

Sin embargo, en 1938 se vio obligada a abandonar Berlín con la implementación de las nuevas leyes de la Alemania nazi. Lo que la llevó a unirse al personal de investigación atómica en la Universidad de Estocolmo en Suecia por su destacable desempeño en el campo de la física junto a su sobrino, el también físico Otto Frisch. 

Fue entonces que trabajando con Otto Hahn y Fritz Strassmann descubrió que el núcleo del átomo se separaba liberando energía, y que bombardear el torio con neutrones producía diferentes isótopos, percatándose así mismo de la posibilidad de la reacción en cadena atómica. 

Dicho descubrimiento daría lugar al desarrollo de la bomba atómica, creando así el primer modelo de fusión nuclear, trabajo que un año más tarde publicaría Otto Hahn sin acreditar a Lise, alegando que no habría sido aprobado de haber incluido el nombre de una mujer judía. Consiguiendo así el premio Nobel de química en 1944 sin otorgarle el crédito a Lise. 

A pesar de esto, Lise fue una de las pocas mujeres en ser invitada a participar en el Proyecto Manhattan, oferta que declinó al ir en contra de sus principios, siendo Lise la única científica en rechazar el puesto. Al morir en 1968 su sobrino Otto compuso la inscripción de su lápida en donde se lee “Lise Meitner: Una física que nunca perdió su humanidad”. 

Su reconocimiento llegó hasta 1966, cuando recibió el Premio Enrico Fermi en Estados Unidos por sus contribuciones a la física. Y en 1997 se nombró oficialmente “meitnerio” al elemento químico 109 de la tabla periódica en honor a ella.

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