Cine

Películas del 2020 que vale la pena ver

El 2020 fue un año complicado pero no estuvo exento de buenas películas. Estas son algunas que merecen ser destacadas.

El 2020 fue un año complicado para cualquiera, y el cine no es la excepción. Él también la pasó mal, pero no lo suficientemente mal como para poder decir que no se estrenaron buenas películas este año que terminó hace unos días.

Habiendo escrito un artículo sobre la edición número 35 del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, mencionando muchas películas del 2020 que, lamentablemente, no fueron accesibles para cualquiera; sentí la necesidad de escribir otro sobre películas del 2020 que están al alcance de la mayoría y pueden ser vistas por diferentes medios.

Ojalá les sirva como una guía, ojalá les guste la selección. Si vieron otras películas que recomiendan, escríbanlo en los comentarios. Si ya vieron todas, o algunas, de las seleccionadas para este artículo; pueden escribir su opinión en los comentarios. Ojalá se genere un feedback y podamos recomendarnos varias películas dentro de un año bastante complicado para la distribución y el acceso al cine.

Sound of Metal (Darius Marder).

La ópera prima de ficción de este director, en realidad, corresponde al año 2019. Lamentablemente, culpa de la pandemia si se quiere, ésta no pudo salir de festivales ni estar “en boca de todo el mundo” hasta el 2020.

 Un baterista de un dúo que hace música bastante pesada comienza, poco a poco, perder cada vez más la audición. La vocalista, su pareja, le insiste para que haga algo en vez de esperar a que mágicamente su oído vuelva a la normalidad. Al verse imposibilitado a acceder a un aparato para oír mejor, debido al precio inaccesible, él termina en una especie de comunidad para personas con discapacidad auditiva. Es una de esas películas que creo tienen mucho valor por el tema que trata y, especialmente, cómo lo trata.

Primero que nada, es una película muy sincera consigo misma, que nunca apela a algo emotivo ni a los golpes bajos para emocionar al espectador. El personaje principal se ve constantemente atemorizado por las circunstancias y tiene que aprender, sobre la marcha, a actuar en a) un mundo que no está hecho para él (el mundo que todos conocemos, donde se presupone que todo el mundo posee perfecta audición), b) un mundo al que debe integrarse de la noche a la mañana (dicha comunidad donde hay personas sordas e hipoacúsicas, donde se habla la lengua de señas que él no maneja, pero deberá de aprender, valga la redundancia, sobre la marcha).

No solo tiene excelentes actuaciones, el protagonista carga por sí solo con la película, sino que, tal como sería necesario en una película de este estilo, tiene un muy buen manejo del sonido. Por momentos, el sonido es ruido blanco; por momentos, no hay sonido y estamos sumidos en un completo silencio; y, para contrastar, por momentos escuchamos “todo normal”. Pero este normal se escucha peculiar porque vemos actuar a las personas con discapacidad auditiva sin estar conscientes de los sonidos/ruidos que están haciendo. Es un juego constante, a la par que el protagonista va perdiendo la audición, vemos otros puntos de vista y, en ciertos puntos de la película, experimenta con aparatos para poder escuchar.

No creo que sea una película spoileable, pero no voy a adelantar el tramo final para quienes quieran disfrutarla sin saber nada de antemano. Ahí se introduce otro juego con el sonido que, a mi parecer, le suma bastante a la película.

Quiero destacar, antes de terminar, una idea que manejan en esa comunidad para personas con discapacidad auditiva: contradiciendo la forma a la que me referí todo este tiempo, no la ven como una discapacidad a esa falta de audición, no lo ven como algo que es necesario arreglar (con ese aparato para escuchar); sino con algo con lo que se puede (o se debería de poder) vivir. El paradigma de la inclusión (y no integración) es un camino muy largo, pero películas como ésta ayudan a la concientización y aportan mucho al debate para personas en cualquier condición similar a la de los personajes de la película.

Feels Good Man (Arthur Jones).

Este documental se convirtió inmediatamente en uno de mis favoritos porque trata uno de los fenómenos que más me interesa: cómo las personas piensan que “por estar en internet” pueden decir lo que quieran y hasta ser completamente ofensivos bajo el lema “así es internet” o “es solo sarcasmo”.

 Trata la historia de cómo el personaje del webcómic de Matt Furie, Pepe, pasó de ser sólo un personaje, a convertirse en un meme (Bajo la frase Feels Good Man), a evolucionar en diferentes tipos de memes y plantillas; hasta llegar a convertirse en un ícono para personas neonazis en los foros de la página 4Chan en Estados Unidos.

La película hace un recorrido bastante completo, enfocándose en el origen de Pepe (para quienes no lo conocen, el sapito que está en la imagen más abajo) y en el testimonio tanto del autor, como de su pareja, como de familia y amigas y amigos al respecto. También, cómo estas personas lidiaban con la fama del meme y, más adelante, con el oscuro giro que este terminaría dando.

Lo que hace interesante a este documental es que toma bastante bien ese tipo de “ideal” o “cultura” o “forma de ser” que hay en internet. El ofender-por-ofender, el ser-ofensivo-por-ser-ofensivo y esa constante lucha en ver quién se va más a la mierda (perdonen el vocabulario) haciendo el meme más ofensivo. Para dar un poco de contexto, el documental cuenta cómo Pepe fue usado a lo largo de la historia del internet como una herramienta para burlarse de “las otras personas”. En una primera instancia, utilizado por hombres para burlarse o ridiculizar a las mujeres que comenzaban a hacer público mediante blogs que disfrutaban de esos memes (allá por un lejano 2012).

 Luego, el documental avanza a cómo Pepe comenzó a ser deformado y utilizado para hacer memes racistas, misóginos, xenófobos, antisemitas, homofóbicos y transfóbicos; cualquier cosa con la cual se identifique la extrema-derecha estadounidense. Tomando, finalmente, un rol fundamental en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y cómo, bajo ese manto de ironía-que-en-realidad-está-siendo-ofensiva y el hacer “algo ofensivo, pero porque en realidad es un meme y por eso es gracioso”, aportó, no diría a esa victoria de Donald Trump en 2016, sino al apoyo popular que consiguió alrededor de las elecciones y los años que siguieron.

Es un poco complicado de sintetizar, e intenté no adelantar partes cruciales del documental ni cómo el autor y sus allegados reaccionaban a eso; parece algo exagerado, pero prometo que el documental lo explica muy bien y se mete bastante en esa mentalidad de trolls de internet, si se quiere llamarlos así. Pero no se queda en eso, si bien es una parte fundamental del documental, éste es sobre Pepe y cuenta su historia, con un tercer acto que me gustó bastante. Acompañado todo el documental con fragmentos animados, lo que parece un relato caótico, apocalíptico, catastrófico y aterrador; tiene sus momentos bonitos (wholesome, si se usa un dialecto más inglés de internet), conmovedores y de reflexión. Hasta cómicos y muy graciosos. Lo recomiendo mucho.

She Dies Tomorrow (Amy Seimetz).

Ésta es probablemente la película más inaccesible que haya en esta lista. Lamentablemente para cualquier persona que se anime a verla y no esté acostumbrada a este tipo de cine (o lo deteste, ja), no podía no ponerla porque me pareció una maravilla entre el cine que se hizo en el 2020.

A lo que me refiero con este tipo de películas es que She Dies Tomorrow es bastante lenta, tiene momentos surrealistas, el ritmo puede jugar bastante en contra y la estructura no es precisamente una convencional. Para quien pueda soportar todas estas cosas, y sumergirse en una película algo contemplativa, bastante existencial y surreal; se la recomiendo mucho y le invito a leer de qué se trata (e, inclusive, si quien lee esto se siente totalmente alejado de este tipo de películas, que haga el intento; total, dura un poquito menos de una hora y media).

La película trata sobre una mujer que comienza a tener una injustificada, exagerada y aparentemente real sensación de que el día de mañana va a morir. Se le retrata como una persona retraída y solitaria con dificultad para las relaciones sociales; teniendo momentos incómodos en el cumpleaños a la cual es invitada y desatando el “conflicto” (entre muchas comillas) de la película. Esa sensación es contagiosa, y las personas que tienen contacto con ella comienzan a creer que van a morir al día siguiente también.

El tema con la película es que no tiene una estructura convencional. Comienza desde la perspectiva de la protagonista, luego se va bifurcando por cortas escenas a cómo las personas con las que tiene contacto se terminan “contagiando” de esa sensación de la muerte inminente. Y eso es todo. La película consta de la protagonista lidiando con ese sentimiento, teniendo breves conversaciones, hablando y reflexionando sobre la muerte, cruzándose con diferentes personas a lo largo de su viaje y cómo ésto les va afectando: desde familia, hasta amigas y amigos, hasta doctores que buscan tratar su condición, personas desconocidas que se cruza.

La película no busca dar con explicaciones ni descubrir la naturaleza del fenómeno; de ahí también radica lo peculiar y la forma poco convencional que tiene de abordar la trama. Seimetz comentó que se basó en experiencias personales y cómo ella lidiaba con su propia ansiedad. Sentía que contarle de su ansiedad a las demás personas, quizás hablando demasiado sobre eso (en sus palabras), terminaba esparciendo cierto pánico entre sus círculos más cercanos y “contagiando” ese “sentimiento”. Ese tema no se toca explícitamente en la película y no se buscan explicaciones ni resolver ningún misterio; lo que a mí, sinceramente, me parece muy bueno.

La dirección es peculiar, con algunos primeros planos y uso de luces en momentos surrealistas; manteniendo una atmósfera incómoda y extraña en todo momento, buscando causar cierta incomodidad o sentimiento de alerta en el espectador (de nuevo, siguiendo con la línea de haberse inspirado en su propia experiencia con la ansiedad; evocando un sentimiento similar a vivir esos episodios o ataques). Más allá de lo poco amigable que sea con el espectador (jajaja), la recomiendo mucho y la considero una de las mejores películas del 2020.

La chancha (Franco Verdoia).       

Para cerrar, no podía no poner una película de mi país. Siendo bastante mal visto, más que nada por la gente dentro de la misma Argentina, creo que el cine de acá tiene mucho para dar y no solo está poco aprovechado sino también visibilizado el potencial. Ni siquiera en potencia, también en acto. Si bien, como ya mencioné antes, ya escribí un artículo contando mi experiencia en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, esta película no participó de él (se estrenó antes). Queda, como Sound of Metal, en un limbo entre películas estrenadas en 2019 o estrenadas en 2020. Creo, buscando en internet, que tuvo su premiére en 2019 pero llegó al público general (en la plataforma cine.ar) en 2020. Con esa excusa, le concedo un lugar en la lista.

La considero de las más accesibles de esta selección, pero, a la vez, una de las más fuertes en los temas que trata. Habiendo pasado por películas que tratan sobre: la pérdida de audición, la personalidad de las personas que usan esa fachada irónica en internet y reflexiones/miedos sobre la muerte; ésta trata algo personal para el director, basada ligeramente en una experiencia propia que, sabiendo ésto de antemano, creo que vuelve mucho más aterradora a la película.

Una pareja bilingüe (el protagonista argentino -derecha-, la esposa brasileña, con un hijo que habla ambos idiomas) se va de vacaciones a Córdoba, Argentina; en donde se encuentran con una persona (izquierda) que formó parte del pasado del protagonista, quien también está de vacaciones con su mujer. Él intenta hacer lo posible para no cruzarse con esta persona, quien le provoca genuina incomodidad; hasta que, lamentablemente, se terminan cruzando y todo parece ser común, amigable y normal.

La película es un drama convencional cuya primera mitad o primeros tres cuartos cargan con bastante intensidad al no saber cuál es la razón por la que el protagonista quiere esquivar al hombre que conoció en su infancia; dándole al espectador un enorme abanico de posibilidades con las cuales comerse la cabeza y morderse las uñas hasta la revelación. E, inclusive, cuando la revelación sucede; la película da un paso más hacia adelante y plantea escenas más intensas para quienes la protagonizan.

Con una dirección convencional, poniendo todo su fuerte en el guion y las actuaciones, la película cumple bastante bien en transmitir sentimientos de ansiedad, impactar e, inclusive, visibilizar ciertas cosas que suceden y de las que poco se habla; siendo un tabú entre ciertos grupos.  No voy a dar más detalles, dejándolo en la ambigüedad, para no adelantar lo que sucede en la película.

La considero la película más accesible por su estructura convencional, sin dejar de estar muy bien ejecutada; tampoco hay que confundir algo convencional-accesible con algo aburrido o mal hecho. Si ya como película es bastante fuerte, entendiéndola como basada en vivencias del director, eso puede darle hasta otra perspectiva y volverla más interesante de lo que ya era.

Una breve recomendación antes de cerrar.

Perpetuo. (Tomás Baliña).

Tal como She Dies Tomorrow habla sobre la muerte, reflexiona sobre la muerte y trata personas que tienen el sentimiento de que, en cualquier momento, podrían morirse. Este cortometraje argentino estrenado en YouTube a principios del 2020 habla sobre la inmortalidad, desde la perspectiva de un personaje que no puede alcanzar esa muerte que, en cierto punto, le traería paz.

Una recomendación chiquita, que creo que vale la pena y puede encontrarse haciendo clic acá; dicho por el mismo autor, tomando como referencia a obras de Borges que tratan sobre la inmortalidad. Como también al personaje de Wolverine (condenado a su inmortalidad) y Der Himmel über Berlin (El Cielo sobre Berlín o Las Alas del Deseo) de Wim Wenders. El documental se desarrolla siguiendo a un solo personaje, reflexionando sobre su condición, por los trece minutos que dura. 

Espero que estas recomendaciones le hayan servido a cualquiera, y agradezco a quien haya llegado hasta acá. Espero encontrar en la caja de comentarios opiniones sobre las películas que han sido incluidas, recomendaciones de otras películas que quedaron afuera e, inclusive, opiniones sobre otras películas que, por motivos de extensión y recorte, no pudieron formar parte de este artículo.

Feliz 2021.

Películas del 2020 que vale la pena ver
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