La muerte y el misterio de lo que hay después, es probablemente la inspiración más antigua para el arte desde que tenemos conciencia de ella, inundado de misterio, intriga, miedo y fascinación. Un hecho innegable y a su vez, lleno de incógnitas. El sueño eterno, la despedida, el paso hacia la otra vida, han sido algunas de las formas en que se han referido a ella. Un suceso cuyo significado puede ir más allá de nuestra lógica, nuestra religión y nuestra ciencia. Para algunos simplemente el final de nuestra existencia y para otros el inicio de una vida en el más allá. El bien, el mal, el cielo y el infierno, entre otras creencias con las que ha sido ligada al igual que su representación, ha tenido múltiples versiones según la religión e ideología de cada persona, ya que el otorgarle una imagen resulta para muchos una forma de certeza y refugio ante lo desconocido, así como una muestra de respeto y un intento de entenderla al verla reflejada en la imagen de un semejante, por lo que el arte ha plasmado múltiples perspectivas a lo largo del tiempo, ya sea como forma de consuelo, terror o intriga hacia el público a través de su presencia física o simbólica.
¿Qué pasaría si pudiéramos tener una conversación con la muerte? ¿Nos invadiría el miedo y rogaríamos por una segunda oportunidad o nos dejaríamos guiar por ella con la confianza y afecto de una madre? ¿Trataríamos de entenderla o simplemente nos rendiríamos ante su llegada? El cine es uno de los principales ejemplos en donde el significado y la imagen de la muerte ha sido representada con diversos aspectos, edades, géneros, formas, motivaciones y orígenes, mostrando diferentes realidades y posibilidades. Al final, nuestra imaginación y fe para lo inexplicable mantiene la esperanza y le da sentido a un mundo que carece de él.
Estos son algunos de los representantes que ha tenido la muerte en el cine.
Det sjunde inseglet (The Seventh Seal) (Dir. Ingmar Bergman)
“¿Por qué la cruel imposibilidad de alcanzar a Dios con nuestro sentido? ¿Por qué se nos esconde en una oscura nebulosa de promesas que no hemos oído y milagros que no hemos visto? Si desconfiamos una y otra vez de nosotros mismos, ¿cómo vamos a fiarnos de los creyentes?”
La duda, la incertidumbre y la desesperación, constantemente son los motivos por los cuales las personas en la búsqueda de la verdad y las respuestas, terminamos creando destrucción, odio y división entre nosotros. La eterna batalla entre la fe y el escepticismo, qué es el bien y qué es el mal, el poder y el control en nombre de la religión, nuestra destrucción creada por la ignorancia. El miedo, la ira, y el conflicto existencial se proyectan mientras la muerte personificada observa calmada, escuchando las desesperadas dudas del ser humano sobre su destino mortal, representados por un hombre confundido que, durante la peste, desafía a la muerte en un juego de ajedrez como último intento de obtener respuestas sobre nuestra existencia y la verdad sobre Dios.
Macario (Dir. Roberto Gavaldón)
La muerte no distingue de clases sociales, el hambre sí. Al intentar encontrar un lugar de paz lejos de la culpa y el sentimiento de egoísmo al tener la oportunidad de disfrutar de un pavo por primera vez en su vida sin pensar en sus hambrientos hijos, se enfrenta con Dios, el diablo y la muerte, al ser astuto, decide confiar en la muerte al considerarlo alguien sin juicios, honesto y la única igualdad entre ricos y pobres, quien además le ofrece la oportunidad de tener el único poder sobre el dinero en agradecimiento por compartir su comida con él, el poder de la muerte. En el transcurso en que desarrolla un sentimiento de invencibilidad al jugar a ser Dios y obtener ganancias, se manifiesta una verdad, la muerte no conoce de clases sociales pero tampoco de justicia. Representando así el dilema perpetuo de los humanos sobre lo justo y lo injusto, el bien, el mal, el control de la iglesia y la demostración de que sin importar cuando, donde y por qué, la muerte llega para todos.
Love and Death (Dir. Woody Allen)
El humor es una forma de expresar la confusión y la absurdidad de nuestro mundo, al mismo tiempo en que se plasman nuestros dilemas y cuestionamientos sobre la vida, la guerra, el amor, la moral y por supuesto, la muerte. ¿Cómo es la muerte? ¿Si no existe Dios, qué sentido tiene guiarnos por la moral? Desde el momento en que la muerte hace una aparición en su infancia, el treintañero ruso, Boris Grushenko, junto a las personas en su vida, se plantean estas incógnitas durante situaciones aleatorias que nos demuestran lo absurdo de nuestro mundo, ridiculizando los conflictos bélicos, el matrimonio, la muerte y la filosofía misma, entre otros aspectos considerados por mucho tiempo relevantes para la sociedad, demostrando al final que si la vida y nuestra existencia no tienen un propósito de ser, la muerte debería ser percibida sin temor y por el contrario, recibida con tranquilidad y despreocupación al no ser esta más que el significado que nosotros mismos le creamos.
Meet Joe Black (Dir. Martin Brest)
¿Podría la muerte sentirse viva?
Es usual que la llegada de la muerte represente un lado pesimista y oscuro de la vida, con el único objetivo de encaminarnos hacia el fin de nuestra vida terrenal, pero, ¿qué pasaría si la muerte se enamorara en el transcurso? William, un magnate a punto de cumplir 65 años, es visitado por la muerte en el cuerpo de un joven quien le anuncia que le queda poco tiempo de vida, mientras lo acompaña como su mano derecha durante el tiempo que le queda se enamora de su hija, con quien experimenta el amor y lo que es sentirse vivo por primera vez. Se cuestiona el verdadero significado del amor, el sacrifico y la vida misma, así como el poder de la muerte sobre estos. Aunque parece que la muerte y el amor son aspectos opuestos, la belleza, paz y alegría del amor contra el pesimismo, tristeza y oscuridad de la muerte, la realidad es que son más similares que opuestos, en el amor puede haber duelo y tristeza, al igual que en la muerte paz y belleza, siendo ambos lo más fuerte y poderoso de la humanidad. Al final, la manera en que hemos amado, vivido y lo satisfechos que estemos con nuestra vida reflejará la forma en que recibimos a la muerte, ya sea como una visita agridulce o una compañía amigable a quien podamos entregamos en paz y confianza.
Der Müde Tod (Dir. Fritz Lang)
Cuando el amor desafía a la muerte.
La esperanza y el amor es lo que le da a la humanidad sentido a su existencia y lo que nos hace sentir que vale la pena estar vivos, siendo el amor capaz de poner a prueba los límites del ser humano, su fuerza y su poder, incluso desafiar a la muerte. Una joven le pide a la muerte que le dé a su amante otra oportunidad de vivir, quien acepta con la condición de que logre salvar al menos una de las tres vidas que están por terminar para así poner a prueba hasta dónde puede llegar por cambiar el destino en nombre del amor. La muerte cansada de ser culpada por seguir los mandatos de Dios, decide brindar una oportunidad de vivir, sin embrago, al igual que en otras ocasiones, aparece como una imagen serena observando a los humanos tratando de huir de su inevitable llegada que en este caso, es a través de la esperanza y el amor.
Orpheus (Dir. Jean Cocteau)
El amor es más fuerte que la muerte. Basado en el mito de Orfeo y Eurídice, la historia dirige la tragedia romántica del mito hacia otra perspectiva a través de un elemento, la muerte hecha mujer.
Un famoso poeta es visitado en las noches por la muerte, quien se ha enamorado de él. Cuando finalmente la conoce, Orfeo desconociendo su identidad, desarrolla una obsesión hacia ella que no cesa hasta poder encontrarla de nuevo descuidando a la vez a su esposa. Ambos cegados por el capricho de su amor, cometen acciones egoístas que crean conflicto entre el mundo mortal y el inframundo, lo que hace reflexionar sobre lo que es en verdad una muestra de amor. Una de las primeras visiones cinematográficas en donde la muerte se humaniza tanto física como sentimentalmente, mostrándose vulnerable, errática y confundida como cualquier mortal, en donde incluso la muerte se rinde ante el amor.