William Shakespeare (1564-1616) es, sin lugar a duda, el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los personajes más célebres y famosos de la literatura universal. Durante su época, el poeta y dramaturgo fue reconocido y venerado, sin embargo, su sobresaliente reputación se acrecentó hasta el siglo XIX. Posteriormente, sus obras fueron redescubiertas y adaptadas en diversos movimientos artísticos e intelectuales, por lo que sus tragedias y comedias han sido traducidas a múltiples idiomas y han sido estudiadas en todo el mundo. Además, su vida ha estado llena de enigmas debido a la falta de documentación histórica sobre su persona y muchos han cuestionado diversos aspectos como su orientación sexual, filiación religiosa e inclusive la autoría de algunos de sus trabajos.
Entre las obras más destacadas del dramaturgo se encuentran Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth, El sueño de una noche de verano, El mercader de Venecia y La tempestad. Estas obras han sido fuente de inspiración para múltiples escritores que llegaron después de Shakespeare, de modo que su aportación en la literatura es incalculable y en la actualidad sus obras siguen fascinado a los nuevos lectores, quienes descubren con encanto su apasionante y basta obra.
La obra de Shakespeare ha tenido una peculiar influencia en el cine, pues se han producido más de 250 películas basadas en sus textos, de las cuales sobresalen El Rey León, la famosa cinta de animación de Disney que está libremente basada en Hamlet, así como Shakespeare in Love, película que en 1999 obtuvo siete premios Óscar, llevándose el galardón en la categoría principal de Mejor película.
No cabe duda de que, a más de 400 años de su muerte, la obra literaria de Shakespeare sigue teniendo una gran influencia, por esta razón hemos recopilado algunas de sus mejores frases.
“Ser o no ser, esa es la cuestión”.
“El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos”.
“Antes que nada ser verídico para contigo mismo. Y así, tan cierto como que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie”.
“Sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser”.
“El amor huye de aquellos que lo persiguen, y persigue a aquellos que huyen de él”.
“Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”.
“La desconfianza en nosotros mismos es un enemigo traidor que nos priva de hacer muchas cosas buenas, sin más razón que la de no resolvernos e intentarlas”.
“Mira que a veces el demonio nos engaña con la verdad, y nos trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes”.
“Al nacer, lloramos porque entramos en este vasto manicomio”.
“Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Escucha las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión”.
“No basta levantar al débil, hay que sostenerlo después”.
“Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”.
“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos”.
“El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan, pero para quienes aman, el tiempo es eternidad”.
“Las heridas que no se ven son las más profundas”.
“El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad”.
“Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar”.
“No existe nada bueno ni malo, es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así”.
“Es más sencillo obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada”.
“Ten más de lo que muestras; habla menos de lo que sabes”.
“El tiempo no vuelve atrás, por lo tanto, planta tu jardín y adorna tu alma en vez de esperar a que alguien te traiga flores”.
“El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”.
“Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón”.
“El infierno está vacío y todos los demonios están aquí”.
“Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado”.
“He aprendido que no puedo exigir el amor de nadie. Yo solo puedo dar buenas razones para ser querido y tener paciencia para que la vida haga el resto”.
“Hasta la propia virtud se convierte en vicio cuando es mal aplicada”.
“Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte solo una vez”.
“En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser”.
“Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero”.
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