El crítico literario Harold Bloom llegó a señalar que Gabriel García Márquez es un autor de Escrituras, donde Cien años de soledad es una especie de Antiguo Testamento mítico y El amor en los tiempos del cólera representa un Nuevo Testamento en el que el amor triunfa por encima de la desgracia. Sin duda, esta referencia muestra la relevancia que tienen ambas obras en la carrera del escritor colombiano más famoso del mundo.
El amor en los tiempos del cólera fue publicada por primera vez en 1985, cuya trama muestra la historia de la pareja formada por Fermina Daza y Florentino Ariza, personajes que están inspirados en los padres del autor, a quienes entrevistó en reiteradas ocasiones para construir la entrañable historia. Años más tarde, Márquez mencionaría: “La única diferencia es que mis padres se casaron. Y tan pronto como se casaron, ya no eran interesantes como figuras literarias”.
El escritor también explica que se inspiró en una historia que leyó en un periódico sobre la muerte de dos personas adultas mayores de nacionalidad estadounidense que se reunían todos los años en Acapulco y un día fueron asesinados. Márquez señala: “A través de su muerte, la historia de su romance en secreto se hizo conocida. Yo estaba fascinado con ella. Estaban cada uno casado con otra persona”.
En la cultura popular, el romance de Fermina Daza y Florentino Ariza fue llevado a la pantalla grande en 2007 con la película del director británico Mike Newell, contando con las actuaciones principales de Giovanna Mezzogiorno y Javier Bardem. La novela también fungió como inspiración para la ópera Florencia en el Amazonas del año 1991. En la serie de televisión How I Met Your Mother el personaje ficticio Ted Mosby señala que El Amor en los tiempos del cólera es su novela favorita, lo cual deja entrever varias similitudes entre la novela y la serie.
A través del amor, la soledad, y la muerte, El amor en los tiempos del cólera nos va envolviendo en una historia fascinante y adictiva a la vez, que vale la pena recordar por medio de sus frases más icónicas.
“Lo único que me duele de morir es que no sea de amor”.
“Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida”.
“Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo”.
“Esa mirada casual fue el origen de un cataclismo de amor que medio siglo después aún no había terminado”.
“Nada de lo que se haga en la cama es inmoral si contribuye a perpetuar el amor”.
“La sabiduría nos llega cuando ya no sirve para nada”.
“La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado”.
“Le enseñó lo único que tenía que aprender para el amor: que a la vida no la enseña nadie”.
“El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno”.
“Se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna”.
“La muerte no era sólo una probabilidad permanente, como lo había sentido siempre, sino una realidad inmediata”.
“El amor se hace más grande y noble en la calamidad”.
“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez”.
“Lo más importante de un buen matrimonio no es la felicidad sino la estabilidad”.
“El amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte”.
“La miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos, más tristes y más agradecidos que ella no le vio nunca en medio siglo de vida en común, y alcanzó a decirle con el último aliento: Sólo Dios sabe cuánto te quise”.
“Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos del cólera”.
“Aquella indiferencia hacia él no era más que una coraza contra el miedo”.
“En el curso de los años llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo era más difícil que el amor”.
“El ser que más la amaba y había de amarla hasta siempre no tendría ni siquiera el derecho de morirse por ella”.
“- ¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? – le preguntó.
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses, y once días con sus noches.
-Toda la vida -dijo”.
“Los amputados sienten dolores, calambres, cosquillas, en la pierna que ya no tienen. Así se sentía ella sin él, sintiéndolo estar donde ya no estaba”.
“Ambos se iban dejando traicionar por los recuerdos, hablándose sin quererlo, queriéndose sin decirlo, y terminaban muriéndose de amor por el suelo, embadurnados de espumas fragantes”.
“Pero sabía, más por escarmiento que por experiencia, que una felicidad tan fácil no podría durar mucho tiempo”.
“—Contéstale que sí —le dijo—. Aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no.”
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