Con el estreno de la película de Barbie interpretada por Margot Robbie a cargo de Greta Gerwig, es inevitable percibir la gran inversión en publicidad que ha tenido esta producción alrededor de todo el mundo.
Desde tiendas de ropa, muñecos personalizados de los actores, productos en Walmart, Xbox y por supuesto Mattel, hasta cafés con temática de Barbie, colaboración con Bonafont en México, cereales, bebidas, donas e incluso elotes y tacos han sido algunos de los ejemplos de esta gran campaña de marketing, convirtiéndose en la más ambiciosa de este año en el cine.
Pero ¿por qué el estreno de esta película causa tanta emoción alrededor del mundo? Dentro del círculo de los cinéfilos una de las razones de esto es debido a la buena reputación que tiene Gerwig en la calidad de sus proyectos previos como directora, así como el acertado elenco protagonizado por Margot Robbie y uno de los actores más queridos de Hollywood, Ryan Gosling. Así como la participación de Dua Lipa, una de las estrellas pop más populares del momento y la gran variedad de artistas musicales invitados para el soundtrack. Sin embargo, el hype proviene de un factor más profundo y personal, la nostalgia.
La nostalgia es un medio muy rentable en el cine y la televisión, con series ambientadas en los 80’s, remakes, adaptaciones, secuelas y de más. Pero cabe aclarar que esta fórmula no siempre funciona si no se sabe llevar a cabo, ya que un producto con el ingrediente nostálgico puede salir contraproducente. En pocas palabras, lo amas o lo odias.
La nostalgia en el cine se usa de dos maneras, algunos la usan como fuente para asegurar el éxito de una obra sin importar la calidad y otros, por el contrario, la usan como inspiración para crear una obra con una idea sólida y apasionada mientras se aprovecha el enfoque para promocionarla de la mejor manera, lo que nos lleva a “Barbie: The Movie”.
Barbie es una marca que ha acompañado a millones de niñas e incluso niños durante su infancia desde su primera aparición en 1959 a manos de su creadora Ruth Handler, quien revolucionó los juguetes para niñas y todo el concepto detrás, al crear la primera muñeca que representaba a una mujer independiente capaz de tener múltiples oficios y realidades acompañados de su pasión por la moda, nombrándola en honor a su hija Bárbara, a diferencia de las muñecas hechas de papel o bebés que no les daban más opciones a las niñas que jugar el rol de madre.
Barbie fue el primer modelo con el que las infantes podían crear sus propias historias e inventar posibilidades infinitas a través de su famoso lema “Tú puedes ser lo que quieras ser”. Una frase motivadora y adelantada en una época en donde la mayoría de las mujeres sólo aspiraban a ser amas de casa, causando impacto y marcando el inicio de una nueva era con la llegada de los años 60’s pese a la controversia y la desaprobación inicial de los padres al considerarla inapropiada para las niñas debido a su diseño.
Si bien, a lo largo de los años la imagen de Barbie ha tenido múltiples controversias como el ser acusada de promover el estereotipo de belleza inalcanzable o ser considerada como mala influencia para las niñas al ser vista como un modelo a seguir superficial debido a su imagen y características, con el transcurso de las décadas Barbie ha evolucionado su imagen y representación haciendo crecer su universo conformado por Barbies de todas las culturas, épocas, tamaños, cuerpos, edades, condiciones y oficios.
De este modo se convirtió en la muñeca más versátil e incluyente del mercado. Teniendo juguetes, ropa, maquillaje y un sinfín de productos bajo su marca, además de sus más de 40 películas animadas. Siendo todo un icono de la cultura pop desde hace más de 6 décadas.
Es por ello que, al tener un impacto mundial tan grande y haber sido parte de la infancia de diferentes generaciones, la noticia de la primera película en live action de este icónico personaje causaría una gran sensación teniendo a todo el público en expectativa con su maravillosa campaña publicitaria. Siendo además una oportunidad de analizar, criticar y profundizar más sobre la interesante y fascinante creación que es Barbie, así como todo lo que representa y el impacto que ha dejado en el mundo para bien y para mal, alrededor de los años. Presentándola a su vez como una figura femenina que lidia con la imagen de la perfección y la búsqueda de sus verdaderos deseos, algo con lo que el público y en especial el público femenino puede sentirse identificado.
Todo eso y más hacen de este estreno un reto enorme y ambicioso para Gerwig, quien desde su debut como directora en el 2017 con “Lady Bird” nos ha demostrado su calidad y toque personal en su cine, así como su gran pasión y compromiso al transformar sus producciones en obras personales con corazón.
Por lo cual, se posicionó como la mejor opción para dirigir la película de la muñeca más famosa del mundo con un enfoque más humano y complejo que un simple live action de sus versiones animadas, teniendo la oportunidad de colocar a Barbie en el mundo del cine como una producción aclamada y expandir aún más su legado mientras que, a su vez, crea una historia de crítica social sobre las emociones, crisis existenciales y el autodescubrimiento, dirigida a todo el público. Una mezcla perfecta que solo una directora visionaria y sensible como Gerwig podría llevar a cabo de manera exitosa, logrando pintar el mundo de rosa.