Música

Silvio Rodríguez en 30 frases

La música de Silvio Rodríguez es atemporal y seguirá fascinando a las nuevas generaciones con el contenido social y poético que imprime en cada una de sus letras. Estas son algunas de sus mejores frases, las cuales, sin duda, nos llenan de inspiración.

Silvio Rodríguez es un cantautor y guitarrista de origen cubano, principal exponente de la denominada Nueva Trova, movimiento musical que tuvo sus inicios en la década de los sesenta y surgió a raíz de la Revolución Cubana.

Silvio es un compositor sumamente prolijo, cuya obra abarca más de quinientas canciones escritas y una veintena de discos publicados, entre los que destacan: Mujeres (1978), Unicornio (1982), Al final de este viaje (1978) y Días y flores (1975).

Fiel a los principios de la Revolución Cubana, desde muy joven, participó en diferentes brigadas de alfabetización en zonas rurales, impartiendo clases a campesinos. De modo que, a lo largo de su vida, ha apoyado los ideales de la Revolución y reclamado el levantamiento del bloqueo estadounidense.

Gracias a su invaluable aportación a la cultura y las artes, Rodríguez ha recibido un sinfín de reconocimientos y distinciones, a tal grado que fue elegido en su país, junto a Ernesto Lecuona, como el mejor compositor cubano del siglo pasado, además de que fue galardonado, junto a Joan Manuel Serrat, como el mejor cantautor hispanoamericano de la segunda mitad de siglo XX.

En el ámbito académico, ha sido acreedor de varios doctorados Honoris Causa otorgados por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos del Perú, la Universidad Veracruzana de México y la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina.

No cabe duda de que la música de Silvio Rodríguez es atemporal y seguirá fascinando a las nuevas generaciones con el contenido social y poético que imprime en cada una de sus letras. Por este motivo, hicimos una recopilación de sus mejores frases, las cuales, sin duda, nos llenan de inspiración y nos invitan a reflexionar.

“Mi amor no es amor de mercado, porque un amor sangrado no es amor de lucrar”.

“Yo he preferido hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe demasiado.”

“Sólo el amor engendra la maravilla. Sólo el amor convierte en milagro el barro”.

“Dirán que pasó de moda la locura, dirán que la gente es mala y no merece, más yo seguiré soñando travesuras. Acaso multiplicar panes y peces”.

“El lago parece mar, el viento sirve de abrigo: todo se vuelve a inventar si lo comparto contigo”.

“Ojalá pase algo que te borre de pronto: una luz cegadora, un disparo de nieve, ojalá por lo menos que me lleve la muerte para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones: ojalá que no pueda tocarte ni en canciones”.

“La angustia es el precio de ser uno mismo”.

“Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias; se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar”.

“Será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio”.

“El amor es como un violín. La música podrá detenerse ahora y después, pero las cuerdas lo recordarán por siempre”.

“Te convido a creerme cuando digo futuro, si no crees en mis ojos, cree en la angustia de un grito, cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia”.

“Disfruté tanto, tanto, cada parte, y gocé tanto, tanto, cada todo, que me duele algo menos cuando partes porque aquí te me quedas de algún modo”.

“Qué fácil es protestar por la bomba que cayó a mil kilómetros del ropero y del refrigerador”.

“Mi amor es todo cuanto tengo, si lo niego o lo vendo, ¿para qué respirar?”

“Amigo, sí, es también quien me soporte, pero amigo mayor es quien me ampara”.

“Sigamos amando pese a todo. El amor es el poder real entre todos los poderes”.

“Esa mujer propone que salte y me estrelle contra un muro de piedras que alza en el cielo, y como combustible me llena de anhelos, de besos sin promesa y sentencia sin leyes”.

“El espectro es Sandino con Bolivar y el Che, por el mismo camino caminaron los tres, estos tres caminantes con idéntica suerte ya se han hecho gigantes, ya burlaron la muerte”.

“Vivo en un país libre, cual solamente puede ser libre en esta tierra, en este instante, y soy feliz porque soy gigante. Amo a una mujer clara que amo y me ama sin pedir nada, o casi nada, que no es lo mismo pero es igual”.

“Quién fuera ruiseñor, quién fuera Lennon y McCartney, Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque, quién fuera tu trovador”.

“Te doy una canción como un disparo, como un libro, una palabra, una guerrilla: como doy el amor”.

“Pero lo que me ha estremecido hasta perder casi el sentido, lo que a mí más me ha estremecido, son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos”.

“No hacen falta alas para ser más bellos, basta el buen sentido del amor inmenso, no hacen falta alas para alzar el vuelo”.

“Quien hace altar de la ganancia pierde la condición, la latitud, el puesto y pierde amor, pues la codicia muerde, jamás en yo y siempre allá en el resto”.

“Tolerancia, tolerancia, palabrita en el mantel, pocos platos se la sirven, muchas bocas a comer”.

“El problema no es repetir el ayer como fórmula para salvarse. El problema no es jugar a darse. El problema no es de ocasión. El problema, señor, sigue siendo sembrar amor”.

“Hoy mi deber era cantarle a la patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza”.

“Te quiero salvar de tu desnudes en pleno centro de la soledad”.

“Dijo Guevara, el humano, que ningún intelectual debe ser asalariado del pensamiento oficial. Debe dar tristeza y frío, ser un hombre artificial, cabeza sin albedrío, corazón condicional”.

“Hoy te quiero cantar más allá, más allá de donde ha de llegar la canción”.

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