Flora Alejandra Pizarnik fue una poeta nacida en 1936 en la ciudad argentina de Avellaneda, en Buenos Aires. Proveniente de una familia de inmigrantes rusos que se instalaron en Argentina. Estudió Filosofía y Letras, además de periodismo. También incursionó en el mundo del arte por medio del pintor surrealista Juan Batlle Planas.
En 1955, a la edad de 19 años, publicó su primer libro de poemas titulado: La tierra más ajena. En 1960 se trasladó a París, donde trabajó para la revista “Cuadernos”, así como para varias editoriales. También tradujo la obra de diversos escritores franceses como Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy.
En 1972, murió de una sobredosis, luego de ingerir cincuenta pastillas de un psicotrópico conocido como Seconal. A pesar de su corta carrera, dejó una obra considerable, la cual comprende siete poemarios, además de relatos y novelas breves. Tras la caída de la dictadura militar en Argentina en los años 80´s, la figura de Pizarnik, así como la de muchas otras escritoras del boom latinoamericano, tuvo un auge, lo cual llevó a la publicación de varias compilaciones de sus textos, biografías y diarios.
Pizarnik vaticinó su final en la siguiente frase: “Sé, de una manera visionaria, que moriré de poesía. Es una sensación que no comprendo perfectamente; es algo vago, lejano, pero lo sé y lo aseguro”. Sin duda, la obra de la escritora argentina tiene una gran vigencia en la actualidad y sigue contagiando con sus poderosas letras a las nuevas generaciones.
A continuación, te dejamos 25 frases de la escritora argentina Alejandra Pizarnik.
“Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En ese sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos”.
“Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas”.
“¿No te da miedo la locura? —¡Por favor! Es lo único maravilloso en esta sucia vida de mierda”.
“Necesitas límites mentales. Necesitas no esperar. Necesitas no esperar nada de los demás. Necesitas no traficar con tu dolor. Necesitas orgullo y soledad. Necesitas orden. Necesitas poesía”.
“Suicidarse es perder la noción de la fatalidad y del destino. No tener más miedo de lo que todavía puede venir a hacerme doler y sufrir. Suicidarse es reconocer que lo peor está ocurriendo ahora. El suicidio es el rechazo rotundo del presente. Por eso pocos neuróticos ansiosos se suicidan, están siempre a la espera de un mal mayor. Suicidarse implica la máxima atención y lucidez, decirse «esta soy yo, ahora, aquí». Y saber, también, que no se debe esperar más. Suicidarse es cerrar una puerta, la de la sala de espera”.
“Y le dije: por favor, no me hagas daño, por favor, no te rías de mi amor. Y luego le dije: por favor, acéptame como alguien cuya sola alegría es tu existencia en este lugar miserable”.
“La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos”.
“Qué belleza guardan aquellos que no encuentran su lugar entre tanta gente; no es soledad, es un privilegio no encajar”.
“Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y corazón guerrero”.
“Qué fácil callar, ser serena y objetiva con los seres que no me interesan verdaderamente, a cuyo amor o amistad no aspiro. Soy entonces calma, cautelosa, perfecta dueña de mí misma. Pero con los poquísimos seres que me interesan… Allí está la cuestión absurda: soy una convulsión, un grito, sangre aullando”.
“Y yo caminaría por todos los desiertos de este mundo y aun muerta te seguiría buscando, a ti, que fuiste el lugar del amor”.
“Tengo miedo y no puedo vivir en este mundo y lo quiero, claro que lo quiero, pero no sé cómo se hace”.
“Hasta hoy, ¿qué me hizo vivir? Mis amores imposibles y la belleza”.
“¿Cómo podés irte y dejarme a solas conmigo, a solas con mis manos poderosamente nostálgicas esta noche?”.
“La miopía exalta la individualidad. Verme a mí perfectamente y a los otros como pobres seres borrosos”.
“El amor nunca muere, y si muere, no merece que ser recordado. Decir yo amé, es decir que nunca has amado”.
“No creo en la poesía. Ningún poema puede dar cuenta de la intensidad de los deseos. A lo sumo, puede redactar, posteriormente, una crónica más o menos fascinante de lo que pasó. pero un poema no es algo que sucede. Tal vez el poema pueda invocar el suceso o consolar de su no venida”.
“Desearía abandonar todo esfuerzo. Dejar que vengan y me devoren. En lugar de hacerlo yo”.
“¿Posibilidades de vivir? Sí, hay una. Es una hoja en blanco, es desempeñarme sobre el papel, es salir fuera de mí misma y viajar en una hoja en blanco.
“Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas. Sólo tú haces de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante”.
“Llegas, me hablas, me sonríes, me fascinas: cómo no comprender que tu rostro bastaba para enloquecer a la pequeña huérfana que fui —que soy, que seré— por tu culpa. Me hablas y te vas. Me hablas y te quedas en mí”.
“Aparentemente cada cosa tiene su sustituto. Sustitución que se sucede infinitamente. Yo creo que nada se reemplaza”.
“Recibe este rostro mío, mudo, mendigo. Recibe este amor que te pido. Recibe lo que hay en mí que eres tú”.
“Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio. Tú haces de mi vida esta ceremonia demasiado pura”.
“Que tu cuerpo sea siempre un amado espacio de revelaciones”.
Con información del Ministerio de Cultura de Argentina.
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