Nacida en Kensington, Londres. Adeline Virginia Stephen, conocida como Virginia Woolf, fue una de las escritoras precursoras de la literatura feminista y sátira social que, debido a una gran depresión, se quitó la vida a la edad de 59 años el 28 de marzo de 1941.
Virginia creció en un hogar adinerado al ser hija del biógrafo y filósofo Leslie Stephen, quien, junto a Julia Stephen, la madre de Virginia, la educaron en casa con profesores particulares en donde además poseía una extensa biblioteca.
Sin embrago, pese a haber nacido en un ambiente privilegiado, la depresión y el trastorno bipolar que padecía Virginia comenzó a manifestarse luego de presenciar la muerte de varios seres queridos, comenzando con su madre cuando tenía 13 años de edad, seguida de su media hermana y posteriormente la de su padre en 1904 a causa del cáncer. Sumado con el abuso sexual de parte de sus medios hermanos, se cree que la serie de tragedias que atravesó Woolf la inspiró para sus obras, al mismo tiempo que la adentraba más en la depresión y el pesimismo.
Pese a ser recordada como una escritora torturada que reflejaba en sus obras pensamientos que podrían considerarse pesimistas debido a su condición, en realidad fue una de las figuras más importantes de la literatura inglesa al plasmar críticas y sátiras sobre la guerra, la desigualdad y la libertad sexual, alzando la voz por las mujeres y su independencia intelectual.
Su primera novela “The Voyage Out”, sobre el viaje marítimo de un grupo de personas a Sudamérica, que abarca la crisis de identidad femenina a comienzos del siglo XX, fue reconocida como una de sus obras satíricas más ingeniosas, siendo apenas la primera en publicarse, en la cual incluye la presentación del personaje principal de su novela más popular “La señora Dalloway” publicada en 1925 y ambientada en Inglaterra durante la posguerra.
Woolf escribió un total de seis cuentos y nueve novelas, siendo “Between the Acts” la última que publicó y fue lanzada después de su fallecimiento en 1941, la cual habla sobre los estragos de la Segunda Guerra Mundial.
El estilo de escritura de Woolf se basa en crear personajes íntimos, imperfectos y complejos en medio de viajes de autodescubrimiento ligados a temas tabúes para la época, que la posicionaron como una escritora revolucionaria y política que dejaría huella en la literatura.
La sensibilidad de Woolf para crear la identidad de sus personajes y los viajes emocionales de estos según su trasfondo social y político reflejaban también la personalidad incomprendida y realista de Virginia, algo que se puede ver en sus memorias y confesiones. Cabe mencionar que, a diferencia de lo que se podría creer debido a su depresión y perspectiva de vida, el amor entre Virginia y su esposo, el escritor Leonard Woolf fue genuino hasta sus últimos días, por lo que le escribió una detallada y amorosa carta antes de quitarse la vida en donde hace alusión al agradecimiento y la felicidad que tuvo compartiendo su vida.
A continuación, les dejamos algunas de las frases de Virginia y su perspectiva del mundo.
“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.
“Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”.
“Su cerebro se encontraba en perfecto estado. Seguro que el mundo tenía la culpa de que no fuera capaz de sentir”.
“Quería escribir, sobre todo, sobre la vida que tenemos y las vidas que hubiéramos podido tener. Quería escribir sobre todas las formas posibles de morir”.
“Uno no puede traer hijos a un mundo como este; uno no se puede plantear perpetuar el sufrimiento, ni aumentar la raza de estos lujuriosos animales que no poseen emociones duraderas, sino sólo caprichos y banalidades que ahora te llevan hacia un lado y mañana hacia otro”.
“Cuántas mujeres olvidadas porque ni siquiera ellas mismas pudieron, pueden o podrán decir ‘esta boca es mía’, ‘este cuerpo es mío’, ‘esto es lo que yo pienso’”.
“No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo”.
“¿Cuántas veces la gente usó un lápiz o un pincel porque no pudieron apretar el gatillo?”.
“Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien”.
“Realmente, no me gusta la naturaleza humana a menos que esté todo condimentado con arte”.
“Mejor es el silencio… Déjenme sentarme con las cosas desnudas, esta taza de café, este cuchillo, este tenedor, cosas en sí mismas, siendo yo misma”.
“Como mujer no tengo patria, como mujer no quiero patria. Como mujer, mi patria es el mundo”.
“Cuando piensas en cosas como las estrellas, nuestros asuntos no parecen importar mucho, ¿verdad?”.
“Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre el doble de su tamaño natural”.
“Los ojos de los demás son nuestras prisiones; sus pensamientos, nuestras jaulas”.
“No son las catástrofes, los asesinatos, las muertes, las enfermedades las que nos envejecen y nos matan; es la manera como los demás miran y ríen y suben las escalinatas del bus”.
“El nervio que controla la pluma se enrosca en cada fibra de nuestro ser, enhebra el corazón, atraviesa el hígado”.
“La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata”.
“Como nadie puede decirme si la escritura es mala o buena, el único valor seguro es el propio placer. Estoy segura de eso”.
“Madurar es perder algunas ilusiones para empezar a tener otras”.
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