El stop motion es una de las técnicas que revolucionaron el cine, no solo dentro de la animación sino también siendo la técnica que sentó las bases para lo que conoceríamos como las primeras películas de ciencia ficción y el cine en general. Gracias a cineastas como George Méliès con el cortometraje “Le Voyage dans la Lune” en el año 1902, que además de ser uno de los pioneros del cine, también fue el primero en utilizar el stop motion en la ciencia ficción. Más tarde, en el año 1907, la técnica fue utilizada por el cineasta francés Segundo de Chomón para su cortometraje “La masion ensorcelée”, quien la utilizó para mostrar movimientos fantasmagóricos con objetos inanimados usando la técnica de cuadro por cuadro que repetiría en cortos como “El hotel Eléctrico” (1908) o “La guerra y el sueño de Momi” (1917).
Sin embargo, la primera vez que se utilizó esta técnica fue en el año 1898 para el cortometraje perdido “The Humpty Dumpty Circus” creado por James Stuart Blackton, considerado el padre de la animación estadounidense, quien un año antes junto a Albert E. Smith, fundaron “Vitagraph Studios”. Estudio cinematográfico que en 1906 patentó la novedosa técnica de animación que se convertiría en el stop motion. Ese mismo año crearon su obra más destacada, el cortometraje mudo “Humorous Phases of Funny Faces” que nos muestra unos dibujos realizados sobre una pizarra, filmados empleando una película que se mueve a 20 fotogramas por segundo.
Otros de los pioneros fueron Arthur Melbourne-Cooper quien utilizó la técnica stop motion para el cortometraje de propaganda militar de cerillas animadas “Matches Appeal” en el año 1899, siendo la primera evidencia de stop motion conservada, el animador ruso Vladislav Starévichy con el uso de las primeras marionetas de stop motion para el cortometraje “The Cameraman’s Revenge” en el año 1912, y Harry O. Hoyt con “The Lost World” en 1925, que fue el primer largometraje de humanos y criaturas creadas en animación stop-motion.
Poco a poco esta técnica iría desarrollando más potencial dentro del cine con el estreno de “King Kong” en 1933, que impactó a la audiencia haciéndolos creer, incluso, que era un gorila real y no una figura creada con stop motion a cargo de otro de los pioneros de esta técnica: Willis O’Brien, quien tuvo sus inicios en el stop motion con cortometrajes como “The Dinosaur and the Missing Link: A Prehistoric Tragedy” de 1915 y “Creation” de 1931. Ambas con dinosaurios como protagonistas para después crear su mayor producción, “King Kong”. También estuvo a cargo en la dirección de los efectos especiales de “The Lost World” junto a Harry O. Hoyt y continuó dirigiendo los efectos especiales con gorilas en los largometrajes “Mighty Joe Young” en 1949 y “King Kong vs. Godzilla” en 1962. Además de ser el mentor del técnico en efectos especiales y productor cinematográfico, Ray Harryhausen, el cual fue el encargado de los efectos especiales y la producción de la película “Clash of the Titans” en el año 1981.
Se empezó a utilizar arcilla y plastilina para el stop motion en cintas completamente animadas el año 1955 con el cortometraje experimental “Gumbasia” dirigido por Art Clokey, quien utilizó la plastilina como recurso mostrando su transformación en múltiples formas. Esta técnica viene del término “Plastimación” que consiste en utilizar plastilina o arcilla para crear los escenarios y personajes en el proyecto. Este novedoso método llamó la atención del productor Sam Engel, quien después de ver la cinta, le ofreció a Clokey financiar un cortometraje de 15 minutos titulado “Gumby” utilizando esta técnica, lo que sorpresivamente se convirtió en una serie televisiva de 233 episodios durante 35 años y una película basada en la serie.
En el año 1975 se estrena “Flåklypa Grand Prix” (The Pinchcliffe Grand Prix) lo que sería el primer largometraje creado por completo en stop motion a color con duración de 1 hora y 28 minutos basada en los personajes de una serie de libros del caricaturista y autor noruego Kjell Aukrust y dirigida por Ivo Caprino, quien anteriormente ya había realizado algunos cortos en stop motion como “Veslefrikk med fela” en 1952 y “Askeladden og de gode hjelperne” de 1961, entre otros. Teniendo un enorme éxito tanto dentro como fuera de Noruega. Manteniéndose en cartelera durante más de dos décadas y convirtiéndose en una cinta de culto.
En los años 70’s, 80’s y 90’s el stop motion fue una herramienta útil para las películas de ciencia ficción y fantasía, las cuales requerían de efectos especiales que para ese entonces no era posible lograr de otra manera al no contar con la tecnología avanzada de hoy en día, pero, aunque esto podría verse como una desventaja, en realidad en muchos casos les daba a las escenas más realismo y dedicación. Algunas de las películas que utilizaron este método fueron Star Wars (1977), Clash of the Titans (1981), Beetlejuice (1988) y Terminator 2 (1991).
Llegando al año 1993, con las técnicas ya más avanzados, el stop motion toma fuerza en Hollywood y popularidad mundial gracias a Tim Burton y Henry Selick con su largometraje animado “The Nightmare Before Christmas”. Teniendo éxito en taquilla y convirtiéndose en la primera película en ganar un Oscar por efectos especiales. Tres años después Burton y Selick volverían a trabajar juntos con esta técnica para la cinta en live action “James and the Giant Peach”. Anteriormente Burton, ya había creado un cortometraje en stop motion titulado “Vincent” en donde homenajea al legendario actor Vincent Price, su ídolo de la infancia, después volvería a utilizar esta técnica como parte de los efectos especiales de “Beetlejuice” (1988) y años más tarde retomando los largometrajes animados con “Corpse Bride” (2005) y “Frankenweenie” (2012). Por otra parte, Selick retomaría el stop motion en el 2009 con su cinta nominada al Óscar “Coraline”, la cual sería una de las películas animadas más exitosas de aquel año.
Después del gran recibimiento que tuvo esta técnica en las películas animadas, se abrió paso para que cada vez más cineastas populares e independientes se decidieran a utilizarla en sus proyectos, perfeccionándola y mezclándola con tecnologías como el CGI y mecanismos más avanzados para las marionetas y la escenografía que mejoraba la calidad y proceso de filmación de la técnica en stop motion. Un ejemplo es el universo de Wallace & Gromit, que consiste en una serie de cortometrajes introduciendo a los personajes y el largometraje “Wallace & Gromit: The Curse of the Were-Rabbit” (2005) que obtuvo el Oscar por mejor película animada, siendo producida por el estudio de animación “Aardman Animations” fundada en 1972, que cuenta con otras producciones en stop motion aclamadas por la crítica.
En el año 2006, nace otro ejemplo del crecimiento del stop motion con el estudio de animación “Laika”. Dedicado a largometrajes animados, los cuales han tenido un gran éxito tanto en crítica como en el público y se convirtió en uno de los referentes más populares del stop motion en la actualidad. Algunas de sus cintas como “Coraline” (2009), “ParaNorman” (2012) y “Kubo and the Two Strings” (2016) son el ejemplo de su gran desempeño en esta técnica, siendo este un espacio para el stop motion en un mundo donde el formato en 3D lidera las películas animadas.
El proceso para crear una cinta en stop motion es bastante arduo y complejo, ya que cada movimiento y gesticulación debe ser capturado preciso y rápidamente. Para una película de duración mínima de 1 hora y media, se necesitan capturar alrededor de 26 fotogramas por segundo para crear una toma completa de tres segundos.
Los creadores de “Kubo and the Two Strings” mencionaron que se necesitaron más de treinta animadores de stop-motion, que trabajaron durante más de dos años fotografiando 43 fotogramas por día. Sobre la creación de marionetas también explicaron que se necesitan aproximadamente treinta para el personaje principal, tomando entre tres y seis meses completar una sola de ellas.
Cada uno requiere de diferentes métodos de construcción, pero señalan que lo básico está compuesto por un esqueleto interno de metal al que se le añaden capas de siliconas para hacer los músculos y la piel.
El arte del stop motion es, sin duda, una de las técnicas más complejas y fascinantes del cine. En donde una maqueta se transforma en un universo entero, una marioneta hecha de arcilla en un personaje querido y años de producción en un par de horas en las que millones de personas pueden transportarse a otro mundo una y otra vez. Muy merecidamente se les da crédito a los directores y productores por los excelentes resultados, pero detrás de una obra extraordinaria está un gran equipo que durante horas de trabajo logran trasladar los escenarios y personajes de la mente del director a la realidad. Este mérito se lo llevan los increíbles artistas encargados de diseñar cada rostro, prenda y objeto en el escenario para lograr darle vida a lo inanimado y que sin ellos, nada de esto sería posible.
Los avances en la animación han mejorado, por mucho, el proceso de producción en una película, al grado de lograr hacer lucir cabello, pelaje, ropa y pequeños detalles cada vez más realistas. Sin embargo, el procedimiento del stop-motion va más allá del realismo. Es una técnica que no tiene comparación con ninguna otra, que ha evolucionado y crecido junto al cine desde su primera aparición hasta la actualidad, cuyo proceso requiere paciencia de oro y dedicación. Pero a pesar de su arduo procedimiento, existen personas comprometidas a invertir horas y años de su vida para crear una historia, haciéndola parecer un truco de magia. Finamente, el arte está en constante cambio, pero el amor y la pasión por él, es inmune al paso del tiempo.